06 Dic Para sobrevivir hacen falta líderes
Los planes de negocio muchas veces chocan con la cruda realidad por falta de liderazgo.
Una gran mayoría de empresas, principalmente las pequeñas (hasta 30 personas) y medianas (hasta 100 personas), enfrentan dificultades serias y muchas de éstas no sobreviven al acercarse al segundo año de su existencia, como consecuencia de la falta de liderazgo en la organización.
De acuerdo con un estudio reciente, el principal problema de las empresas en Argentina es compatibilizar los planes de negocios con la realidad y eso está ligado a la carencia o ausencia de liderazgo.
No hay formación de líderes o de segundas líneas. No son pocas las empresas que trabajan con sus directivos, pero los orientan a supervisar al personal, o las orientan a saber más de producto en vez de alinearse a un concepto integral de liderazgo que implica crear un futuro.
Los autores Stephen Covey, John Maxwell y Tom Peters explican en sus libros que las empresas deben aprender a realizar distintos procesos relacionados con las personas y con el planeamiento estratégico para lograr resultados con el trabajo en equipo, comandados por un director, gerente o presidente que no sólo tenga la función de delegar, sino de ser un modelo a seguir. Un líder.
No quiero ir tan lejos, pero esto no es nuevo, viene desde los líderes bíblicos. Los ejemplos son claros: Saúl nunca impulsó a la monarquía más allá de una magistratura basada en su carisma; David elevó la fe de toda la nación para creer que podían lograr cualquier cosa. La influencia de Josué creció a causa de su relación con Moisés. Después de que Moisés lo instruyó, no sólo fue más pulido en sus habilidades, sino que Josué fue recomendado al pueblo como líder. Moisés impartió autoridad a Josué. Y así podríamos seguir…
En los estudios que hicimos desde Aftermarket Consultores descubrimos que en las empresas se confunde mucho al jefe con el líder y se cae en muchas contradicciones que llevan a la empresa a un caos organizacional y a perder de vista sus misiones, visiones, objetivos y metas.
El jefe sólo se aboca a supervisar a su personal y su tarea es coordinar el trabajo manteniendo las cosas en una orientación, mientras que el líder es el que lleva al grupo a cambios positivos al interior de la organización: a otro nivel, a desarrollarse y crecer en nuevos ámbitos.
En tal sentido, existen muchos aspectos clave para desarrollar a un líder, que permita convertir a una empresa en exitosa, y que dicho éxito se conserve en el tiempo, entre los que se destacan: tener una visión del futuro, tener voluntad de cumplir con esa visión, tener objetivos claros, tener valores y humildad.
La humildad es necesaria para tener una visión clara de hacia dónde se quiere llevar a la compañía. Contar con los conocimientos esenciales de dirección para emprender esos cambios, conocimiento de manejo de personal, y el saber escuchar son solo algunos de los aspectos de los que podríamos enunciar.
Además, desarrollar una estrategia que permita ir paso a paso por la dirección correcta, mediante la capacidad de poner en práctica y, sobretodo, transmitir, influenciar, convencer y guiar al grupo humano.
El valor humano también forma parte de los aspectos clave que debe tener un líder, ya que a través de principios y valores éticos podrá poner el ejemplo que seguirá su grupo al interior de la organización, que verá aumentar su potencial de éxito y eliminar la sombra de la derrota.