01 Mar Los botadores hidráulicos componente del sistema de distribución
El botador es un componente del sistema de distribución, que accionado por una leva, hace abrir las válvulas de admisión y escape. En la actualidad, el botador es usado para un accionamiento directo de las válvulas, cuando existe el árbol de levas a la cabeza. El reglaje a la regulación del juego o huelgo entre válvula y botador, denominado normalmente “juego de válvulas”, puede concretase a través de espesores calibrados.
Pero a través de los años, se están utilizando los botadores hidráulicos, y por medio de las cuales, el juego se recupera en forma automática aprovechando la presión del aceite del circuito de lubricación del motor.
Por otra parte, se evita la necesidad de verificar y de regular las válvulas periodicamente, y además este botador asegura un bajo nivel de ruidos o de rumorosidad en caliente de la distribución, y el tiempo constante del desfasaje de las válvulas.
Los botadores y sus problemas
Es lógico pensar que, los sistemas de distribución con botadores hidráulicos, deberian ser silenciosos. Pero si son ruidosos, con el motor en frío, o en otras condiciones no es nada grave.
Sin embargo en ocasiones, el ruido o el rumor es contínuo, entonces podemos pensar que estamos frente a un defecto de fabricación, o que el aceite lubricante del circuito del motor, que acciona al botador contiene impurezas, es decir que está contaminado.
Nacido en la decada del ‘30, el botador hidráulico, en los Estados Unidos, utiliza el aceite para recuperar el juego de la válvula, durante el funcionamiento del motor, limitando el ruido, y eliminando la necesidad del control periódico del juego.
Esta característica, es una garantía de la constancia de la puesta en fase de la distribución, importante para limitar las emisiones de contaminantes. Debido a ello, la difusión del botador hidráulico, se dá cada vez más, en diferentes tipos de motores.
A primera vista, este botador es similar al tradicional de tipo “vaso invertido”, pero interiormente posee un depósito de aceite, en donde se ubica un pequeño pistón que está en contacto con el vástago de la válvula, y que recorre un pequeño ciindro, solidario al vaso invertido. Cuando la válvula se cierra, un resorte interior al pistoncito empuja a este último, y al vaso invertido contra la leva, eliminando el juego. Al mismo tiempo el aceite llena la cavidad del pistoncito.
Cuando la leva presiona sobre el botador, una pequeña bolilla cierrra la salida de aceite que al ser incompresible, transmite el empuje al pequeño pistón y por lo tanto a la válvula.
De lo descripto, se desprende que es fundamental que el espacio interior del pistoncito, denominado “cámara de presión”, esté siempre lleno de aceite.
Si en algunas condiciones esto no se concreta, se crean juegos o huelgos y por lo tanto los ruidos característicos. Para limitar al máximo el mal funcionamiento, se busca de proyectar y construir al botador de modo tal que, la relación entre la reserva de aceite en el interior del vaso invertido, y el volumen de la cámara de presión sea el más alto.
El botador puede así funcionar regularmente durante más tiempo (mayor vida útil), también en condiciones difíciles, como en el arranque en frío, la marcha en ralentí con motor muy caliente, y los arranques y paradas o apagadas del motor repetitivos. Generalmente si se verifican este tipo de problemas, los mismos son resuletos en la etapa de desarrollo del motor, pero si el ruido persiste, se debe a algún defecto de fabricación o al aceite contaminado que se filtró sucio entre la bolilla y su asiento en el interior del pequeño pistón, comprometiendo el funcionamiento del botador.
La función del aceite
A través del tiempo, se estudió técnicamente de que manera sería trasmitido el movimiento desde el o los árboles de levas, a las válvulas. Actualmente, por motivos de simplicidad, liviandad y eficiencia se usan practicamente dos tipo de comando de la distribución:
• Con árbol de levas a la cabeza y balancines.
• Con comando directo entre árbol de levas y válvulas.
Sin dudas en cada caso, se hace necesario un sistema que permitía registrar el juego que va teniendo, la válvula y el órgano de comando, para permitir la dilatación térmica durante el funcionamiento. Se debe asegurar al mismo tiempo, el cierre perfecto es decir la estanquidad entre la válvula y su asiento.
Para tal fin se utiliza el reglaje, por medio de un tornillo sobre el balancín, o bien espesores calibrados que se colocan entre la leva y el vaso invertido, que se mueve de forma rectilínea y que comanda la válvula. Para eliminar la regulación periódica y mejorar el nivel de silencio en el motor, se utilizan los botadores hidráulicos aprovechando la presión del aceite lubricante, para eliminar los juegos o huelgos del comando de las válvulas.